¿CÓMO CREARON AL DIABLO BÍBLICO?
LOS DEMONIOS JUDÍOS SE VUELVEN CRISTIANOS
La Biblia judía, lo que conocemos como el Antiguo Testamento, guarda silencio sobre el origen de los demonios y su naturaleza y este vacío había sido llenado por las diversas conjeturas encontradas en la tradición rabínica y en los libros apócrifos. Sabemos bien que su origen no es bíblico, sino que son filosofías que los judíos tomaron prestadas cuando fueron exiliados a Babilonia. La demonología proviene del antiguo Oriente de Mesopotamia, especialmente de sumerios y caldeos.
Según el Talmud, los demonios son como los ángeles del servicio y también como los hombres: tienen alas, vuelan de un extremo al otro del mundo, conocen el futuro, conocen los misterios, pero detrás del velo, comen, beben, dan fruto, se multiplican y mueren. Esta creencia también será respaldada por Tertuliano, un escritor cristiano, en Apologeticum XXII,8.
DEMONIZAR LO DESCONOCIDO
Los antiguos solían llamar demonio a esa fuerza incontrolable que no podían comprender y que les conducía a la destrucción, por ejemplo una enfermedad, ceguera, ira psicópata, etc... A pesar de todo, ya Hipócrates en el siglo IV. a. C. había dado un origen biológico a las enfermedades, pero en la tradición judía cada demonio tiene su propio nombre, su propia especialización y su propia esfera de competencia (como los ángeles del servicio divino): casas, cementerios, bosques, ríos, desiertos, etc. Los demonios eran considerados responsables de todos los acontecimientos misteriosos e inexplicables y de todos los comportamientos extraños de hombres y animales (delirio, licantropía, fiebre alta, epilepsia, etc.). Esta tendencia a demonizar lo desconocido también pasó al cristianismo.
NEFILIM
Entre los siglos III y II. a. C. algunos judíos apócrifos remontaron el origen de los demonios al misterioso mito bíblico de los gigantes, más comúnmente llamados Nefilim (palabra aramea que significa gigante o titán), una población de gigantes que habrían estado presentes en la tierra en el momento de la encrucijada entre los "hijos de los Elohim" y las "hijas de los hombres". Los ángeles copulando con mujeres humanas. El término hebreo que se encuentra en la Biblia en Génesis es ha-elohim (בני האלהים) que literalmente significa "hijos de los Elohim", es decir, ángeles. Muchos entonces los veían como ángeles caídos, pero en la antigüedad los hijos de Dios eran los líderes, los faraones, los gobernantes, los Elohim no eran dioses sino conquistadores de tierras, señores del mundo (incluso el Elohim del antiguo testamento es un líder guerrero, señor de los ejércitos, no es Dios como luego lo identificaron), incluso hasta la época romana César también fue divinizado. Esta figura de los Nefilim se ha prestado incluso a conspiraciones extraterrestres, manipulación genética, hombres de otras galaxias, reptilianos, annunakis y toda esa serie de masturbaciones mentales dignas del tipo de personas amantes de esta corriente psicodélica de ciencia ficción y surrealista.
EL DIOS DE LOS EJÉRCITOS
El antiguo testamento habla de líderes guerreros, fue una época de conquista de territorios, de enfrentamientos entre distintos pueblos. Ya hemos explicado anteriormente cómo los grandes gobernantes de la antigüedad eran considerados dioses (César, los faraones, los reyes de Babilonia, etc.). El término que utiliza la Biblia para estos líderes de linaje fue “Los Señores” = Elohim, es el plural de “ēl” palabra que era utilizada por todas las lenguas semíticas para designar a “Dios”. Si lees el Génesis después de la caída del Edén escuchas que Dios habla pero en plural: “El hombre se ha vuelto como Uno de Nosotros” (Génesis 3.22), por lo tanto el hombre independiente también se convierte en un Señor, un Elohim. En verdad, la Biblia judía no habla de Dios sino de guerras tribales, de amos, de conquistadores. ¿Entiendes por qué los cristianos, al heredar el Antiguo Testamento, incorporaron el Caballo de Troya a su fe? En la tradición cristiana Elohim (el Señor de los ejércitos) a menudo se traduce como "Dios" y cuando se refiere a Yahweh se entiende como el Dios único de Israel. Este es un qui pro quo enorme, loco, absurdo y extremadamente peligroso. Pero la idea de los demonios también viene de aquí, basta ver el libro bíblico de Ezequiel, él profetiza contra el rey de Tiro: “Eras como un querubín con las alas extendidas en defensa; te puse en el monte santo de Dios. y caminaste entre piedras de fuego. Perfecto fuiste en tu conducta desde el momento en que fuiste creado, hasta que se halló en ti iniquidad” (Ez 28,14-15). ¿Entiendes que si se le presenta como un Querubín y luego como un Rey derrotado, la transición es corta para hacerlo ver como un ángel o un demonio caído del cielo al infierno?
SATANAS NO ES UN NOMBRE PERSONAL
La demonología para los cristianos tiene una matriz judía, pero ha sido preñada por una influencia del pensamiento oriental (caldeos, asirios, zoroastrianos) y en todas las culturas más antiguas ya existen seres rebeldes, espíritus monstruosos, demonios y todo tipo de entidades malignas. Ya hemos explicado en otra parte que Satanás en la Biblia nunca representa a una persona, no era un nombre propio sino un adjetivo calificativo que designaba una función adversaria, de hecho incluso Jesús llama a San Pedro Satanás (Mc 8,33) cuando se opone a la obra del maestro. Cuando decimos que Jesús fue llevado al desierto para ser tentado por Satanás (Mt 4, 1), significa que èl se enfrenta no con un Ser maligno, sino con su oscura voz de la conciencia, la que todos tenemos, que dice que hagamos todo lo contrario. El mismo pasaje evangelico dice que fue el espíritu de Dios mismo quien lo condujo a la tentación y no fue el diablo como solemos pensar que es el tentador (fue èl mismo, Jesùs, quien se metió en la tentaciòn: "Enseguida, el Espíritu Santo lo impulsó a ir al desierto y allí fue tentado por Satanás" Marcos 1,12-13). Recuérdenlo: Satanás es gramaticalmente en la Biblia un adjetivo calificativo, no es un nombre proprio de persona.
LUCIFER NO ES UN NOMBRE PERSONAL
Lo mismo que al adjetivo calificativo de satanás, ocurre con Lucifer que no es un nombre, es un título. La primera vez que aparece en la Biblia (Is. 14,12) el profeta Isaías se burlaba con sarcasmo e ironía del rey de Babilonia por su derrota y lo comparaba con la luz de la mañana, la estrella más brillante (Lucifer), Venus, cayendo del cielo; es una figura retórica imposible (un planeta no cae), por eso sus palabras fueron una gigantesca burla, lo estaba tomando por el pelo (o por el culo como dicen los italiano). Si separamos el contexto histórico y lo aplicamos alegóricamente a un ángel, es así como nació Lucifer, visto como un demonio expulsado del cielo. Cabe señalar que en el siglo I, Cristo fue llamado con el sobrenombre de Lucifer, como leemos en varios pasajes del nuevo testamento: «Yo, Jesús, he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la Raíz y la progenie de David, Lucifer (obviamente hoy en día ustedes encuentran traducido en sus Biblias “la estrella resplandeciente de la mañana”)» Apocalipsis 22,16, lean la original y está escrito Lucifer.
Toda la interpretación diabólica en la que Satanás y Lucifer son identificados y presentados como personificaciones del mal, aparece en el libro de Apocalipsis (12,7-12) donde se habla de la guerra en el cielo y de cómo el ángel caído es Satán, la serpiente original del Edén, pero esto es una interpretación, ningún texto hebreo lo ha identificado como un personaje. El único demonio que primero tiene un nombre propio en la literatura hebrea fue Samaele, pero por ahora no nos importa (esto no es parte del cristianismo).
Así que como pueden ver, todo este andamiaje infernal atroz, monstruoso y terrible de Satanás y Lucifer no es más que el resultado de una mala interpretación de las traducciones sobre los textos de la Biblia hebrea. Es una relectura que los primeros cristianos hacen del Antiguo Testamento al mostrar a Jesús triunfante sobre el maligno, pero es una visión tardía, posterior al año 100 d.C. También tradujeron serpiente por dragón y usaron la palabra griega daimon (demonio) para traducir varios nombres hebreos cuyo significado en el griego original no es espíritus malignos en absoluto (el griego daimon también es positivo, es una guía interior, como un ángel de la guarda). A estas alturas después de siglos de lavado de cerebro, ¿comprenden lo difícil que es hacer entender a las personas que leen el evangelio que los términos demonios, satanás, lucifer son apelativos y funciones y no son personificaciones del mal? , Son estados de animo, son actitudes psicológicas, son perturbaciones mentales, pero nunca personas reales y tanto menos nada que ver con entidades absolutas metafísicas o sobrenaturales.
DEMONIOS EN LA MITOLOGÍA GRIEGA
La primera traducción griega del Antiguo Testamento se remonta a mediados del siglo II a. C. y es un pilar de las futuras Biblias cristianas. Según este relato, el gobernante egipcio Ptolomeo II (que reinó entre 285 y 246 a. C.) encargó personalmente a las autoridades religiosas del templo de Jerusalén la traducción del Pentateuco al griego para la recién fundada biblioteca de Alejandría. El sumo sacerdote Eleazar nombró a 72 eruditos judíos, seis escribas por cada una de las doce tribus de Israel (en algunas narraciones posteriores se simplificaron a 70, por lo que se la llama la Biblia de los 70 o Septuaginta). Cuando los griegos traducen la demonología judía tienden a llamar a todos los espíritus rebeldes con el nombre de “demonio” porque el daimon griego es un divisor, pero no tiene el valor negativo que tienen los demonios judíos o cristianos como entidad a la par de Dios, Zeus nunca lo habría permitido semejante delito. Un ejemplo, Isaías 34,14 la diablesa Lilith se traduce con búho. Pero Lilith es una figura importante como Madre de todos los demonios. Otro claro ejemplo es en Isaías 13,12 la palabra cabra demoniaca se traduce como sátiro, perteneciente a la mitología griega, pero existen muchos demonios con forma de cabra en el folklore sumerio.
Así, Satanás también será traducido como Demonio, mientras que en griego el divisor se llama diablo, de modo que todos los nombres a menudo se mezclan y confunden. Lo cierto es que todas son fuerzas psíquicas que se oponen a la comprensión y cumplimiento de los planes humanos, pero los sinónimos se multiplican cada vez más: demonios, Satanás, diablo, espíritus inmundos, ángeles caídos, espíritus desencarnados, incluso aquellos que los judíos llamaban leshdim. (לשדים) o dioses falsos, también suelen traducirse como demonios. Por lo tanto, incluso si todas estas fuerzas psíquicas se identifican con la misma fuente, llamarlas a todas demonios significa que se pierden una cantidad de matices preciosos, ricos en contenido y significado.
PROVOCACIÓN….¿HARÁS CON TU HIJO LO QUE EL BUEN DIOS HA HECHO?
Me gustaría hacerle una pregunta, es intencionalmente una provocación. ¿Recuerdas a Adán y Eva en el Jardín del Edén? ¿Creéis que un buen padre encierra a sus hijos (Adán y Eva) en un jardín sabiendo que allí también habita una serpiente venenosa, pérfida, enemiga del buen Dios y engañosa, sin siquiera advertirles de la presencia de este diabólico reptil? ... Siempre me preguntaba: ¿por qué no me advertiste del peligro? A mí personalmente ya de niño me parecía un poco satánico ese Dios que es ambiguo, así que no me di paz hasta que realmente encontré una respuesta satisfactoria a mi curiosidad infantil, así fue que con el paso de los años descubrí otro rostro no sólo de este Dios sino sobre todo de este Diablo.
¿DIOS TAMBIÉN PECÓ?
Existe un pasaje bíblico de una profundidad desconcertante y esclarecedora, pues se trata de la singularidad que existe entre o, mejor dicho, en el bien con el mal. Es el pasaje de Génesis 3:22. Inmediatamente después de que el ser humano pecó, Dios el SEÑOR dijo: "He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre".
Analicemos, si el hombre se hizo como Dios al pecar, esto implica que en Dios, de alguna manera, existe el pecado o, en todo caso, la elección del mal, de hacer lo que le estaba prohibido. Es la creatura lo prohibido de Dios, Dios peca creando y de hecho la creatura es imperfecta. Dios conoce sus limites en el ser humano. Por eso esta escrito en la Biblia que Dios se arrepiente de haber creado el hombre (Génesis 6:6). Entonces si se arrepiente es porque pecò. Y ¿quién lo puede perdonar? el Hombre.
Si el mal existe tiene un creador, para los que están divididos (mentalmente duales) Dios no puede haberlo creado, de lo contrario Dios no sería bueno, cuando en realidad tanto el bien como el mal son solo potencialidades o posibilidades, entonces digamos que los creò todos dos. La luz brilla solo donde hay oscuridad y la oscuridad no es más que la falta de luz. El hombre se hace hombre, vivo, inteligente, libre, sólo saboreando plenamente la amargura de la vida. La inocencia del "alma bella" es, por el contrario, inercia, estasis, muerte. Debe cumplir la promesa de la Serpiente: debe conocer, como Dios, el bien y el mal. Este conocimiento “es el origen de la enfermedad, pero también la fuente de la salud, es la copa envenenada en que el hombre bebe la muerte y la putrefacción, y al mismo tiempo la fuente de la reconciliación, ya que ponerse como el mal es en sí mismo vencer el mal” , el amor ni siquiera tendría mérito si no hubiera razón en el hombre para odiar. En este sentido tenía razón Jung cuando decía: "Debo liberarme de Dios, ya que el Dios que he conocido es más que amor, es también odio; es más que belleza, es también repugnancia; es más que sabiduría, también es absurdo; más que fuerza, también es impotencia; más que omnipresencia, también es mi criatura” (Jung, Libro Rojo). Dios por tanto no crea el mal sino la posibilidad de hacerlo y este es el mayor bien que el ser humano puede conocer.
LA MENTIRA ESCONDIDA EN EL EDÉN
Bien conocido es el relato de la caída de Adán y Eva en el paraíso del jardín de Edén. En resumen, Satanás los tentó a tomar el árbol prohibido a través de una mentira: "no es cierto que moriréis pero seréis como Dios". Básicamente esto no era mentira, èl hombre ya era como Dios, hecho a su imagen, porque de hecho una vez que tomó el Árbol Dios dijo:
"He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado".
Génesis 3, 22-23. ¿Os habéis dado cuenta del misterio? aquì dice que pecando el hombre se vuelve como Dios.
Por lo tanto, de esta acción se pueden deducir dos cosas: que Dios ocultó un secreto (no tenía confianza en el ser humano) y que no moría inmediatamente (de hecho, la muerte natural es parte del camino natural de la materia) sino que hay una muerte interior, la que puede ser por siempre, la muerte del alma. Satanás es pues esa dimensión interior que nos revela el lado oculto de Dios, más aún el lado pecador de Dios, porque si el ser humano al pecar se ha hecho como uno de ellos, eso significa que en Dios existe esta tendencia a la liberación, a actuar por cuenta propia, distinta de la rebelión; esta visión del satanismo como rebelión y guerra es una temible manipulación infundada por parte de la clase dominante para mantenernos alejados del verdadero significado del satanismo, que es la comprensión del antiguo Culto de los Orígenes y el conocimiento directo de sus Dioses Originales, no solo es lícito sino que es parte del crecimiento o independencia de una criatura (niño) de su creador (Dios).
Para los satanistas teístas Satanás es simplemente el dios de los orígenes que optó por dar al hombre el libre albedrío, que quiso hacerle comprender que el ser humano es potencialmente un dios y no sólo ganado del que otros dioses parásitos pueden ordeñar su energía.
EL DEMONIO JUDÍO NO ES EL DIABLO CRISTIANO
Hemos visto cómo la traducción del hebreo al griego se prestó a cambiar un adjetivo calificativo (un adversario) por un sustantivo personal (el Adversario). Así fue como en el cristianismo Satanás poco a poco se convirtió en una persona real. En la literatura rabínica antigua, nunca se hace referencia a Satanás como "el Maligno o el Enemigo". Ninguna fuente talmúdica describe a Satanás como un rebelde contra Dios ni como un ángel caído. El antiguo texto hebreo describe a Satanás como un agente de Dios, un espía, una paloma, un fiscal de la humanidad e incluso un verdugo, que desciende a la tierra para probar la virtud de los hombres y desviarlos, y luego asciende al Cielo para acusarlos. El libro bíblico de Job es la demostración más clara de esto. La representación medieval estándar del Diablo fue establecida por el Papa San Gregorio Magno, quien integró al Diablo en la jerarquía angelical cristiana como la primera criatura y el ángel de mayor rango (un querubín o serafín) que cayó en las profundidades del Infierno y se convirtió en el líder de los demonios. El Papa siguió todas las antiguas tradiciones patrísticas que estaban influenciadas por la cosmogonía neoplatónica que retrataba al Diablo como representante de la deficiencia y el vacío, la entidad más alejada de lo divino. Asì es como todo lo que hay en la Biblia con deficiencia negativa fue visto como el diablo: la serpiente en el Jardín del Edén, Lucifer, Satanás, el tentador de los Evangelios, Leviatán y el dragón del Apocalipsis. De una dimensión interna y psicológica el diablo pasó a ser una persona externa y materializada, y este paso (encarnación del maligno) fue verdaderamente algo diabólico y fatal para la religiosidad popular.
gli scritti intertestamentari hanno plasmato la visione del mondo dei primi cristiani e hanno influenzato l'interpretazione dei testi biblici. Fino al terzo secolo, i cristiani facevano ancora riferimento a queste storie per spiegare l'origine del male nel mondo. Secondo questi testi, il male è entrato nel mondo per opera di angeli apostati, che bramavano le donne e insegnavano il peccato all'umanità. Il Libro di Enoch e il Libro dei Giubilei sono ancora accettati come canonici dalla Chiesa etiope. Molti Padri della Chiesa accettarono le loro opinioni sugli angeli caduti, sebbene escludessero Satana da questi angeli. La sua caduta sarebbe avvenuta dopo aver tentato Eva nel Giardino dell'Eden. Satana veniva usato come nome proprio negli scritti ebraici apocrifi
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